lunes, 14 de noviembre de 2011

Italia

ITALIA.
El Milagro que No Fue
Salvo Hungría, en Italia '90 todos los campeones y subcampeones estuvieron presentes. Iba a ser un torneo de grandes que prometía mucho. La derrota de los argentinos, campeones del mundo, frente a Camerún en el partido inaugural fue un aviso. La mayoría de las selecciones importantes iban a defraudar.
En la primera fase, Argentina, tras ganarle a la Unión Soviética y empatar con Rumania, apenas pudo clasificar como mejor tercero de su grupo. Lo mismo ocurrió con la decepcionante Holanda y con Uruguay. No era la hora de los grandes y solo Alemania pareció salirse de la regla. Los germanos golearon a Yugoslavia y a los Emiratos Arabes Unidos. Brasil, en tanto, consiguió ganar sus tres primeros partidos sin mostrar demasiado. De todos modos, no llegaría mucho más lejos.
En los octavos de final los tricampeones del mundo se encontraron con Argentina. Brasil dominó todo el partido y el arco albiceleste estuvo varias veces a punto de caer. Pero sobre la hora, apareció otra vez, Maradona: como en la final de México, se sacó tres hombres de encima en la mitad de la cancha y habilitó a Caniggia, que se fue solo al gol. Contra todos los pronósticos Argentina pasó a cuartos de final. En el otro clásico de esta etapa, Holanda había caído ante Alemania Federal. Y Camerún, con Milla a la cabeza, se llevó por delante a Colombia.
Tras eliminar a Brasil, Argentina siguió adelante. Entre los silbidos y abucheos de casi todos los hinchas italianos, empezó el show de un arquero que había llegado al Mundial como suplente y sin  pretensiones. Sergio Goycochea había tenido que reemplazar al lesionado Nery Pumpido y se convirtió en una pieza fundamental de los albicelestes. Primero fue contra Yugoslavia en cuartos de final y después frente a los locales en semifinales. Los dos partidos terminaron empatados y se definieron por penales: "El Goyco" atajó dos en cada uno y se convirtió en el nuevo héroe de su equipo.
Con Maradona en una pierna, Argentina volvió a la final. Enfrente tendría, otra vez, a la Alemania Federal de Franz Beckenbauer en su etapa de técnico. Esta vez, ni la magia de Goycochca salvaría al campeón de México '86. A quince minutos del final, el arbitro mexicano Codesal marcó un penal a favor de los germanos. Brehme le dio la victoria a Alemania. Las lágrimas de Maradona reflejaron la impotencia de un grupo de jugadores que había dejado todo lo que tenía y más. No había sido suficiente.


El himno de Italia.


             


                

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